Marqués de Riscal Finca Montico Vino blanco
Marqués de Riscal Finca Montico procede de una viña nuestra que tiene más de 20 de años y que produce solo unos 5.000 Kg. por hectárea, está en las terrazas mas altas del río Duero, en el típico terreno cascajoso, pobre, de canto rodado que ha dado tradicionalmente la máxima calidad a los vinos verdejos de Rueda.
La vendimia se realiza a mano en cajas de 25 Kg. de capacidad, la uva cuando llega a la bodega se enfría y se prensa ligeramente sin estrujar ni despalillar (prensado de la uva entera), todo en frío para evitar oxidaciones y perdidas aromáticas. Se obtiene un mosto flor de poco rendimiento pero de altísima calidad. Después el mosto se desfanga o decanta ligeramente y se envía a los depósitos de fermentación. La fermentación se realiza con levadura autóctona para que el vino tenga una mayor personalidad aromática y originalidad. Cuando se acaba la fermentación el vino se deja en contacto con sus lías finas, durante unos 4 meses. Las lías se ponen en suspensión moviéndolas con nitrógeno en el depósito una vez por semana (las lías son toda la población de levaduras ya muertas que precipita en el fondo del depósito) Esto se hace para aumentar el cuerpo, la untuosidad, la complejidad y estabilidad aromática del vino.
Este periodo de contacto con las lías finas hace que el vino tenga una mayor estabilidad aromática y del color, durante todo el tiempo que permanecerá en botella. Son vinos blancos que aunque no están fermentados en barrica aguantan frescos y jóvenes durante mucho más tiempo que los vinos blancos habituales. La razón de esto es que las levaduras ya muertas, por autolisis, disuelven en el vino una serie de sustancias procedentes de sus paredes celulares, que reaccionan con los compuestos responsables de los aromas y del color, aumentando así su estabilidad en el tiempo.
Vino de color amarillo verdoso. En nariz tiene un marcado aroma varietal de verdejo con una intensidad media, notas de hinojo, finas hierbas, flores blancas, pera, melocotón. En boca es graso, fresco, muy untuoso y con un final largo y redondo. Una buena acidez junto con un periodo de crianza sobre sus lías más finas hará que se mantenga fresco en el tiempo y conserve toda su complejidad aromática. Es un vino que no busca tanta explosividad en nariz, sino un carácter más varietal elegante y complejo. Son vinos que se pueden consumir incluso después de 24-30 meses desde la vendimia.
Este vino marida bien con pescados, mariscos, carnes blancas, jamón, pasta, pollo y carnes frías.